De todas las frases, probablemente el No, yo no puedo, es la mas negativa y autolimitante. Algunas personas luego de escuchar mi invitación a aumentar sus ingresos, haciendo algo diferente para obtener resultados diferentes, me responden : En verdad, es interesante, muy interesante, pero … yo no puedo hacerlo.
En esos momentos me viene a la mente la frase de Henry Ford quien solía decir: Si dices que puedes … tienes la razón; si dices que no puedes … también tienes la razón. Entonces cierro el tema y paso a otro, pues me doy cuenta que diga lo que diga, no lograré ampliar los horizontes de la realidad en la que vive esa persona.
Y esto es así, porque la realidad se forja fundamentalmente en nuestros cerebros. Y se forma de acuerdo a las ideas prevalecientes, aquellas que nos inculcaron en nuestra infancia, las que aprendimos en el hogar y fueron posteriormente reforzadas por el sistema educativo. Cada uno es … lo que cree que es. Así de simple.
Una de las historias que mejor ilustra esta situación es el cuento del elefante encadenado de Jorge Bucay, el cual presento a continuación:
Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante.
Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de su peso, tamaño y fuerza descomunal… pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces?. ¿Por qué no huye?
Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapa porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia: “Si está amaestrado ¿por qué lo encadenan?”
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca… y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.
Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él.
Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía…
Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree –pobre– que NO PUEDE.
Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer.
Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.
Jamás… jamás… intentó poner a prueba su fuerza otra vez…
Vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad… condicionados por el recuerdo de «no puedo»… Tu única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo tu corazón…
Así es, nacemos libres con un campo de posibilidades infinitas, pero el sistema se encarga de programarnos para que le seamos funcionales. Si hubiéramos nacido en un sistema esclavista, en algún momento habríamos aceptado el paradigma imperante que decía “por mandato divino unos nacen para ser esclavos y otros para ser esclavistas”.
En la sociedad industrial nuestros padres sueñan que seamos empleados exitosos, el sistema educativo nos prepara para ello, y cientos de universidades están prestos para darnos el título que tanto ansiamos para tentar un empleo decente. Y es que “unos pocos nacen para ser emprendedores mientras que gran mayoría debe prepararse para ser empleados” es el paradigma imperante. Todo estaría bien, excepto que el sistema ya no funciona de esa manera. Es obsoleto y ahora la creación de la riqueza ya está en otras áreas: el espacio virtual con todas sus posibilidades , el network marketing son dos ejemplos. El sistema industrial está en crisis y ahora en vez de crear empleo crea desempleo.
Las Universidades siguen siendo necesarias, pero debieran formar otro tipo de profesionales con sueños y metas distintas, mas acordes con los tiempos que se vive. De cara a los cambios tecnológicos y no de espaldas a éstos. Preparando a la juventud para la Sociedad del futuro que es el de la Información y el Conocimiento y no para una Sociedad Industrial que cada vez más representa el pasado.
Sin embargo, como en la historia del elefante muchos siguen atados a una estaca que les pusieron cuando eran niños, y había una realidad distinta a la actual. Y seguirán atados a ella mientras sigan diciendo No puedo, sin siquiera hacer el intento.
Pero si eres feliz y estás contento con tu situación actual, nadie tiene nada que reprocharte pues todos deben encontrar la fórmula de su propio bienestar. Pero si continuas amarrado a la estaca contra tu voluntad, si cada mañana que despiertas reniegas al verla y sientes que tu vida no es lo que tú quisieras que fuera, te invito a que intentes sacar la estaca. Y digas: si puedo. Verás como al cambiar tus pensamientos y tus palabras, también empezará a cambiar tu realidad.
Después de un tiempo, recordarás que hubo una época en la que como el elefante de nuestra historia, permaneciste atado a una estaca, simplemente por un conjunto de creencias que aceptaste en el pasado y que te bloqueaban la construcción de un futuro diferente.
Si en tu lectura llegaste hasta aquí ¡Felicitaciones!, porque estoy seguro que la gran mayoría lo abandonó en el trayecto. En el mundo del blog, se recomienda que los artículos deben ser breves para llegar al mayor número de personas. Pero no es a ellos a quienes me dirijo, sino a personas como tú.
Si te animas a independizarte de la estaca y estás en cualquier departamento de Perú, Estados Unidos, Canadá, Europa, China, Rusia, Australia simplemente envíame un mensaje y te mostraré el camino que emprendí hace algunos años, cuando también decidí romper la estaca y empecé a tientas cometiendo muchos errores. Ahora dispongo de experiencia que estoy dispuesto a ponerla a tu servicio, y para ese fin incluso he publicado un libro, que te lo obsequiaré si decides ser mi socio. Estoy seguro que después de escuchar la información dirás: Si puedo y ése será el primer paso para cambiar tu realidad actual, y alcanzar la libertad financiera que ansías.
Para ello escríbeme a : construyared@gmail.com. Y si aún no te animas a hacerlo, comparte este mensaje con alguien que tú aprecies. El o ella te lo agradecerá.
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