Indiferencia a la desaprobación

Como dice Dyler a todos nos gusta que nos aplaudan, que nos hagan cumplidos y nos alaben.  Nos sentimos bien  cuando nos acarician mentalmente.  ¿Quién iba a querer renunciar a todo esto?

Bien, una de las principales razones por las cuales el flamante networker dejar de construir su organización, el negocio que le dará ingresos de por vida y se refugia en el trabajo lineal, es porque sufre la desaprobación de las personas a las que con mucha ilusión les presenta el producto.

Aún recuerdo la respuesta mezcla de sorpresa e indignación de una colega a quien presenté la oportunidad de una compañía de network marketing, que fue mi primera experiencia en esta industria:  ¿Como crees que yo pueda hacer eso? dijo con una entonación de reproche  y …  sentí que se me abría el piso.

Pero luego recordé una frase del autor citado:  “La necesidad de aprobación de los demás equivale a decir:  lo que tú piensas de mí es más importante que la opinión que tengo de mi mismo”.  

Automáticamente puse en una balanza su actitud y palabras versus mi convicción y lo que yo pensaba respecto a la industria.

Entonces comprendí que su rechazo se debía a que no llegó a entender el  nuevo paradigma, lo cual no era un problema mío sino el de ella.  Reconocí que yo mismo habia reaccionado de  manera parecida, hace unos 5 años cuando escuché la presentación de una compañía multinivel. 

Lo anecdótico es que la compañia en la que ahora estoy involucrado no me sedujo inicialmente por su plan de compensación, sino por su producto el cual ahora considero “el  ideal” en el terreno de los tangibles, dado que es uno solo, por lo que no se tiene que manejar catálogos, ni memorizarse indicaciones y propiedades. 

 Además  se presenta combinado con la “segunda bebida más consumida en el mundo después del agua”  lo cual garantiza que el nivel de rechazo sea mínimo.    Sólo después que disfruté de las bondades de este producto (me resolvió el principal problema de salud que tenía), me interesé por su plan de compensación.  Y descubrí que era formidable.

En armonía con lo descrito por Kiyosaki, sólo se requiere una inversión mínima, en este caso 140 dólares que se recupera con creces en el kit inicial que entregan a todo networker nuevo.  Es decir, la afiliación y el código resultan  gratis.  No se necesita cientos ni mucho menos miles de dólares.  Icluso en algunos meses de promoción se puede inscribir con 50 dólares y se recibe productos por ese mismo valor.  Más democrática,  imposible.

Y para cobrar las regalías, la Compañía no obliga a acumular existencias,  sino adquirir un número moderado de productos, que en lo personal lo consumo junto a mi familia.  Demás está decir, que ahora mi socia principal es mi hija cuyas credenciales académicas son de primer orden. 

Una de las razones del éxito, es que se trata de  un mercadeo en red basado en un producto que se consume diariamente.  Ello hace que sea suficiente crear una red de consumidores para obtener un nivel mínimo aceptable de éxito.  Ahora si se  logra la duplicación y poner en funcionamiento la Ley de Meltcaf (vea mi post: Cuadrante D: ¿Por qué no aprovechar la Ley de Metcalf?) ,  simplemente los cheques mensuales se disparan como el Voyaguer.

Si Ud. amable lector quiere conocer un poco más de este producto, lo invito a que me envié un mensaje a mi correo: luisraul51@yahoo.es y le proporcionaré mi página webb donde podrá apreciar a través de videos las características del producto y la compañía.  

Pero volvamos a la indiferencia a la desaprobación, uno de los aspectos que tiene que trabajar todo networker que desee alcanzar sus metas.  

Como dice Yarnell (en su libro “Mi primer año de network marketing” ), “no importa cuanto tiempo llevemos participando en el marketing multinivel ni cuanto éxito tengamos, siempre existe la posibilidad de que seamos derribados temporalmente por el arma más efectiva y peligrosa:  El Misil del Rechazo.  Puede atacar – y lo hará- en cualquier momento, dejándonos inmóviles; y así destruirá nuestro entusiasmo y excitación, que son cualidades esenciales para el éxito”.

Así es, la posibilidad de desaprobación siempre estará presente aún cuando se haya alcanzado la cima.  Claro ésta, que será mucho menor pues la credibilidad irá en aumento.  Pero ese blindaje está ausente en el que se inicia.

Y el primer rechazo no proviene necesariamente de una excolega o compañero de trabajo,  sino del entorno más intimo del networker:  su cónyuge,  sus familiares directos y sus mejores amigos.  Eso es devastador al inicio, por ello es importante que el producto sea realmente bueno.  Porque si es así,  simplemente los seducirá con el tiempo.  Esa es mi experiencia. 

Por ello una recomendación clásica de este negocio, es que el nuevo networkeer no hable con amigos y familiares hasta despues de haberse comprometido y haber sido preparado.  Aquello de “voy a ver si funciona, simplemente no funciona”.